La luna y el mochuelo. Diferencia fundamental entre ingleses y españoles

La luna estaba posada en una rama de olivo y un mochuelo brillaba entre las estrellas orgulloso. Le había pedido ella relevo, porque tanto orbitar, cansa, y él había aceptado porque los pájaros no saben decir «no», ni «sí», ni «depende de las condiciones», excepto los loros, que sí pueden hacerlo, pero ellos piensan que están diciendo simplemente «pío», así que se aprovecha uno de ellos igualmente.

Entonces el sol se extrañó mucho del aspecto de la supuesta luna, y le preguntó si se había hecho algo nuevo en el pelo, si había adelgazado o si se estaba viendo con otros astros durante luna nueva. Pero los pájaros no saben decir «no», ni «sí», ni «depende de las condiciones», por lo que el mochuelo se limitó a ulular, y el sol no entendió ni pío.

Y éste no será el peor chiste jamás contado, pero casi. Aunque seguro que alguien se ríe, porque los mochuelos son graciosos y siempre se están equivocando de olivo, como les ocurre a los borrachos cuando buscan su casa o a los futbolistas cuando no quieren encontrarla, que siempre se van a la portería ajena y se arrepienten de un gol de cinco meses aún por reconocer. De aquí se desprende el hecho de que el fútbol lo inventaron los ingleses; los españoles sólo habrían instalado una portería, y el portero estaría guardándola detrás de una barra de bar.

Felipe Santa-Cruz

Relato extraído del libro Rutinas

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