I
Tú me hiciste una herida en los ojos,
y en las yemas de los dedos,
y en los nervios del oído
que han teñido el afecto en lamento.
Por ella buscan mis ojos
en las otras tus defectos,
todo es mentira en mi oído,
y todo espina en mis dedos.
II
No fue nada mi querer,
por mucho que te quisiera.
Fue mucho lo que te quise;
yo mucho quiero a cualquiera.
Felipe Santa-Cruz
Poema extraído del poemario La daga en la pluma