A una vieja herida

I Tú me hiciste una herida en los ojos, y en las yemas de los dedos, y en los nervios del oído que han teñido el afecto en lamento. Por ella buscan mis ojos en las otras tus defectos, todo es mentira en mi oído, y todo espina en mis dedos. II No fue nada…

Antores

Parecido al montero que va por alta peña a fieras acosando ―su tez esfuerzo muestra―, y, aunque arduo es el trabajo, en sudor no prorrumpe debido al viento helado. Igual que en esa cumbre, de tu frialdad el viento, por tu helada belleza, frenas mis sentimientos antes de que aparezcan.   También bien parecido al…