Tántalo

En aguas hasta el cuello sumergido, tú, del Cronida el hijo desdichado, por la sed te lamentas empapado, viendo viandas padeces desnutrido.   En tu cima, un manzano suspendido; en tu mentón, el líquido preciado, y el consumo de entrambos te han negado en prenda por el mal que has cometido.   ¿Qué daño habremos…