Rutina A

Un señor se levanta temprano, desayuna fruta (qué aburrido), se viste, se desviste y se vuelve a vestir. Sale a la calle, va al banco, saca todo su dinero y lo vende en la plaza cobrando ochenta y cinco céntimos por cada euro. Toma sus ganancias, o sus perdencias, según se mire, y va al…

La tertulia

No es fácil reunir a un grupo de personas en una sala, sobre todo cuando ésta es pequeña, porque la gente está apretujada y protesta. No sé si me entienden… Que si quíteme usted la nariz del codo; que si deje de meterle los dedos en el canalillo a mi señora; que si no es…

Nos vetan

Nos vetan por hacer lo que está hecho, nuestros poetas grandes y mejores, y ya de mariposas ni de flores tenemos de escribir más el derecho.   Nos vetan por rimar. Los mismos pechos que laten por librar de sus captores al verso —de sí mismo—, y vencedores, lo encierran luego en un cuartucho estrecho.…

Justas

Éste es mi puño. Dadle mi letra a quien la quiera. De estos, mis ojos, vuestro es el llanto y la mirada. Vuestra, también, la voz —lo que decir quisiera—, y vuestros los silencios de mi pugna acallada. Vuestro es, al fin, el vago producto que mi esencia genera por los campos con su marcha…

Rollo y ostracismo

«Rollo» es una palabra enrollada y gusta a los jóvenes, que dicen, «me va tu rollo», o «me mola tu rollo», o «es mi rollo». Pero «ostracismo» no les gusta y no es su rollo. Y no lo entiendo, porque a mí me encanta y, si fuese emperador romano, me pasaría el día condenando a…

Sin ti, Poesía

No sé qué haría yo sin ti, Poesía, ni el trago de esta noche, cómo lo tragaría. En los ojos del Sueño hay un haz de desprecio. ¿Yo qué haría, dime, sin ti, Poesía? ¿Qué haría? Si recuerdo apenas ser un gesto grave, sombra taciturna, amor, sed, hambre y silencio. Pues es el amor la…

Vendemos libros agotados

En una ocasión en que Julia y yo buscábamos un libro para comprarlo, encontramos una tienda coronada por la siguiente e inquietante declaración: «Vendemos libros agotados». Como ignorábamos el funcionamiento de este tipo de librerías, esperamos a que entrara un cliente para así emular su proceder. Al fin entró un señor; Julia y yo lo…

Kindle. Un año de amor

Hace ya un año que entró en mis bolsillos este maravilloso cacharro. Y, si bien no ha cambiado mi vida, lo cierto es que me la ha hecho más cómoda. Hace uno tiempo, cuando empezó a hablarse de los lectores electrónicos, no fueron santo de mi devoción. Como todo lector que se precie, me resistía…

La casa que me crió

Crecí solo. Mi padre no se suicidó. Siempre fue muy impaciente para bajar las escaleras y un día le dio por saltar por el balcón. Llegó bien rápido al suelo. Cuando aterrizó, mi madre ya estaba abajo esperándolo. Ella era muy perezosa. Nunca llegó a subir a la casa; vivía en el portal. La gente…