De tiendas, manual del novio acompañante

Una tienda, otra tienda y luego otra, y él simplemente ahí, esperando a su novia, la incansable, que ni le habla, sólo a veces le toma de la mano y lo acarrea hasta el probador para que le aguante las bolsas mientras ella se desnuda, se prueba, se mira al espejo, juzga y descarta o…

La evolución de los sugus y la búsqueda de un porqué

Lo que más me gustaba de los sugus era su molicie y su estupidez, porque ¿qué clase de caramelo es blando? Sólo los estúpidos. De niño ya sabía que los caramelos duros eran más inteligentes y que estaban mejor adaptados a su medio. En el pantano aéreo de su urna de plástico se estaban quedos todos los caramelos, y yo…

La balada de los patos. Reflexión sobre la desesperanza

No era tan temprano aquella maňana de mil novecientos noventa y diez coma trece periódico en que los patos abandonaron la seca charca largo tiempo habitada. Instalados en ella desde hacía más de veinte mil años, la abundancia del ecosistema acuático había ido desapareciendo por aburrimiento planetario. Al principio, ante la escasez de agua, los patos…

El día que me quedé sin huevos

Me quedo sin huevos. A la gente le sucede continuamente; uno va a la nevera (o la nevera va a uno, según el poder adquisitivo de cada cual) y, al asomarse, se percata de la intolerable carencia de huevos. Entonces, mentalmente, desgrana la ristra de platos que dejan de ser una opción para la cena. ¿Tortilla? No…

Nobel. Breve comentario acerca del mentado premio

Iba caminando y me entraron ganas de fumar. Entonces me encendí un Nobel —…el cigarro, no el premio homónimo. Igual que el tabaco, el premio se puede comprar, pero no se fuma—.[1] [1] Nota para la organización del premio: De todas formas, quiero uno… Un premio, no un cigarro, que también. Felipe Santa-Cruz Relato extraído…

Gustos y opiniones (colegimos). Disertación a secas

Los gustos y opiniones ajenas expresadas en voz alta son tan inciertas como oportunistas y circunstanciales. Por ejemplo: Él no podía pronunciar la «R», y en su lugar profería una «L». Se pasó la vida diciendo que su palabra favorita era «colegir», pero, como nunca la empleó en frase alguna, jamás supimos con exactitud cuál…

El pensador y el pensativo

«La vida es maravillosa», masculló al cabo un pensador, ya visiblemente cansado de pensar. Luego, otros repitieron lo mismo en voz alta, menos un tipo bajito y cantarín que tarareaba una canción bastante alegre y redundante en rimas consonantes masculinas. A la hora de recogerse cada uno a sí mismo —y tal vez a su…