Naturaleza de las figuraciones. La equívoca apariencia de las cosas

A ver, si las cosas no son lo que parecen es porque a la gente le parece todo lo que no es. Pero las cosas son lo que parecen para el observador medianamente experimentado (experimentado sólo lo es Sherlock Holmes). Por ejemplo, si yo veo a un señor bebiendo una cerveza sin alcohol en un bar (me parece fatal), no se me ocurre pensar que es un tipo sano y deportista y amante de la naturaleza y del lado femenino de las actitudes más diversas; o que esa tarde tiene partido o debe conducir o suicidarse y no quiere arder mucho rato cuando lo incineren. Tampoco se me figura imaginar (ni por asomo) que prefiere el sabor de la cerveza sin alcohol a la normal, porque sería como pensar que la mano derecha funciona mucho mejor amputada (¡dónde va a parar!), porque así goza de mayor libertad y aprende a buscarse la vida para cuando nosotros no estemos y tenga que vivir por sus propios medios. No. Si yo veo a un tipo bebiendo una cerveza sin alcohol en un bar (me parece fatal), sé que es un alcohólico sufriendo una repentina y efímera invasión de la conciencia.

Felipe Santa-Cruz

Relato extraído de libro Rutinas

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2 comentarios en “Naturaleza de las figuraciones. La equívoca apariencia de las cosas

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