Sangre, gotas
son de vino
en el filo
de una copa.
¡Sangras, copa,
y derramas
a quien amas,
de quien brotas!
Por la brecha
de tus ropas
de cristal
sangras, copa,
tan doliente
y abundante
que eres fuente
de ese cante
que da muerte
delirante
al amante
por sus mientes.
Sangre, gotas
son de vino
en el filo
de una copa,
que es la duda:
una herida
que en la vida
jamás cura.
Felipe Santa-Cruz
Poema extraído del libro La daga en la pluma